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VILLACORZA

Parque Natural del Rio Dulce

A ocho kilómetros de Sigüenza, en dirección hacia la autovía de Aragón, visitamos la villa de Pelegrina, cuyo nombre significa “bella perspectiva”. Entre los siglos XII y XVIII fue residencia veraniega de los Obispos, quienes mandaron construir un castillo en lo alto del espigón que separa los valles del río Dulce. Hoy sus ruinas coronan uno de los más bellos parajes de la zona, convertido en parque natural.

El Parque está recorrido por una hoz del mismo río encañonada a su paso por los pueblos de Jodra, Pelegrina, La Cabrera y Aragosa. El páramo típicamente alcarreño, de edad Jurásica y Cretácica, está cubierto por encinares y quejigales más y menos abiertos y envejecidos, salpicados por pequeños sabinares y rebollares más residuales. Además de zonas arbustivas con cambrones, aliagares, tomillares y esplegares.

La continentalidad climática y los suelos poco evolucionados sobre calizas y dolomías condicionan la existencia de comunidades vegetales especializadas en sobrevivir en ambientes particularmente duros. Además son importantes en estas zonas rocosas las comunidades de plantas rupícolas y glerícolas que ocupan, respectivamente, los numerosos escarpes y gelifractos activos. Éstos forman una importante área de nidificación para el águila perdicera, la real, el alimoche, el buitre leonado, el halcón peregrino o el búho real.


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En el fondo del valle los retazos de bosque en galería ensombrecen y dan vida al curso del río. Sauces, chopos, fresnos y arces, y una extensa repoblación de chopo negro de variadas tonalidades a lo largo de las estaciones. Aves riparias como la oropéndola, el mirlo acuático, el martín pescador o las lavanderas revolotean entre los arbustos buscando frutos o tejiendo su nido. Además las aguas claras y rápidas de este río crean un nicho adecuado para la trucha común, la nutria o el desmán de los Pirineos.

En la carretera, un mirador erigido en memoria de Félix Rodriguez de la Fuente, nos permite disfrutar de la belleza de las vistas, sobrevoladas por garzas y buitres. Este impresionante paisaje tiene su continuidad en La Cabrera, situada a escasos kilómetros, donde se dibuja caprichoso un horizonte de altas paredes rocosas bordeando el Río Dulce.

Sigüenza

Sigüenza

Sigüenza es ciudad de la provincia de Guadalajara (España) situada en el alto valle del río Henares conocido como el «valle de Sigüenza». Estratégicamente emplazada sobre el valle —etimológicamente su nombre significa ’la que domina el valle’— cumplió una gran función defensiva durante la Edad Media. Sin embargo, se cree que su primitivo emplazamiento estuvo en la otra orilla del río, sobre el cerro del Mirón, donde se han encontrado restos de asentamientos humanos de la Edad del Hierro.

En la época romana la ciudad fue un importante centro de comunicaciones, ya que se encontraba sobre la calzada del Henares. En tiempos de los visigodos su crecimiento continuó alrededor del núcleo central fundado por los romanos. Durante la dominación musulmana el castillo, antigua torre de vigilancia, se convertiría en medina y la Sigüenza baja conservó sus iglesias, donde a los cristianos se les permitía practicar su religión y sus costumbres.

 Durante la Edad Media, la ciudad, debido a su privilegiada posición dominante tuvo un destacado papel defensivo además de recuperar su sede episcopal. Hacia 1123 el obispo don Bernando de Agén, tras haber reconquistado la ciudad, inició las obras de la que sería la catedral que obispos posterior continuaron hasta que se finalizó en el siglo XVI.

La historia de esta ciudad, que conserva su trazado medieval, ha estado influenciada durante seis siglos por su obispado, dejando la impronta religiosa tanto en su desarrollo cultural, económico como artístico.

 

Pedanías:

Durante la dictadura de Francisco Franco, y como resulado del acentuado éxodo rural, el término municipal de Sigüenza se incrementó por la anexión de 28 localidades: Alboreca, Alcuneza, El Atance, Barbatona, La Barbolla, Bujalcayado, Bujarrabal, La Cabrera, Carabias, Cercadillo, Cubillas del Pinar, Guijosa, Horna, Imón, Matas, Mojares, Moratilla de Henares, Olmedillas, Querencia, Palazuelos, Pelegrina, Pozancos, Riba de Santiuste, Riosalido, Torrevaldealmendras, Ures, Valdealmendras, Villacorza.

En la actualidad estas localidades son administradas como núcleos, barrios o pedanías (aunque ninguna está legalmente organizada como Entidad Local de Ámbito Inferior al Municipio). Todas cuentan con un alcalde pedáneo nombrado discrecionalmente por el de Sigüenza, en algunas ocasiones tras celebrarse consultas entre la población (pero al margen de la administración electoral y sin que exista obligación o calendario).